miércoles, 11 de marzo de 2009

Sopa y vaqueros pero sin tostadas

Todos los días no son válidos para abarcar todo aquello realizable -y deseable- sin embargo si alcanza para aquello indeseable -pero obligatoriamente realizable-.

No he hecho nada en toda la tarde si exceptuamos las cinco horas y media que he invertido en buscar unos cuarenta libros desperdigados por la red, La Casa del Libro y la Fnac -obviedad para los obvios: la Fnac solo cuenta con el marketing mix, con algunas excepciones-. No es esta la parte indeseable, los libros me fascinan, pero dejarme los ojos buscando en mi mal pixelada pantalla es algo incómodo.

Aún no he decidido cómo distribuir mi tiempo para leerlos antes de mayo -ni tampoco mis recursos económicos-, hoy es otro de esos días que pienso que ojalá tuvieran 66 horas. Si no da tiempo -algo bastante factible- al menos tendré una maravillosa lista para entreterneme casi hasta septiembre, lo cual no espero que esté mezclado con apuntes.

Sorela me ha dejado bloqueada hoy. No doy de sí. Mis neuronas que han bloqueado su influencia han caído en la batalla, y tampoco ellas están hoy de humor para nada.

00:35
BSO Janis Joplin.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cómo echaba de menos tus palabras nuevas y únicas... Con este solecito, en luga de ver libros a través de pixeles, apetece más un paseo por la Cuesta de Moyano, el tacto de lomos desgastados por la curiosidad de manos infinitas, el olor de las páginas tan amarillas como el tiempo que pasa impertinente y, la sospresa, encontrar ese libro entre cientos de volúmenes apilados sobre una tabla de madera. Te encuentras con ese libro que persigues desde niño y allí está, viejo, lleno de años pero con su historia intacta...