martes, 31 de marzo de 2009

Días poco exprimidos

Qué hastío no poder hacer nada, no porque no quiera, no. Simplemente porque no puedo, porque no me apetece, porque necesito de algo más que la obligación para ponerme con las manos en la masa para cualquier cosa, aunque no sea una magdalena. Que por cierto, sería estupendo saber hacer.

Los días poco exprimidos son aquellos que pasan, pasan y nada más, y no has hecho nada de lo que querías hacer la noche anterior -porque por las mañanas ya han pasado las ganas de hacer cualquier cosa-, los días poco exprimidos son aquellos en los que piensas cuan largas serán las horas de sol pero de repente son las once de la noche y aún no te has quitado el pijama, o sí, pero como si no lo hubieses hecho.

A los días poco exprimidos no los induce el sueño, no. Lo hace el agobio, la falta de ganas, la tristeza, la nostalgia o el dolor. La lluvia, en mi caso. La pereza, en los más.

Esos días no se quedan grabados, no suelen al menos, no hay nada importante en ellos, aunque supongo que si esforzáramos la memoria podríamos recordar cada día, de cada mes de al menos dos años atrás.

Si dentro de dos años alguien me preguntara qué hice hoy, tan solo habría dos cosas por lo que lo recordaría, a pesar de que hoy ha sido uno de esos días poco exprimidos.

01:15

BSO Please Mr. Postman, The Marvelletes.

No hay comentarios: