viernes, 31 de octubre de 2008

Transformaciones

Creo, sólo creo, que he subido un escalón.
Me encanta esta sensación de poder convertir mi indignación y mi tristeza, mi preocupación, mi agujerito en el estómago, en proyecciones de futuro.
Y tras ello, tras comprobar que no me equivocaba, ser capaz de no quedarme en el agujerito. Sino de saber que, efectivamente, no soy yo quien perdería.

No soy yo.

15:06
BSO Padre de familia.

Dos veces una

Por motivos extraños, pero personales, había esperado hasta este momento para tumbarme cuan larga soy en el sofá y ver Largo domingo de noviazgo, pero debe ser que no estemos predestinados. Con lo que yo creía en serendipity. ¡Qué se le va a hacer!.

Meses dando tiempo al propio tiempo para que llegara el instante perfecto y grabé dos veces la primera parte.

Sí, dos veces la primera parte.
Me quedo sin final.

00:54
BSO Tchaikovsky, 2º movimiento, concierto para violín y orquesta.

jueves, 30 de octubre de 2008

Películas Pelón

En el ritual capuccino del otro día, mientras el pesado hombrecillo de atrás no hacía más que molestarme reclinándose hacia atrás y yo observaba cuan diferentes pueden ser unos Starbucks de otros -no tiene precio uno que no esté rodeado de tiendas-, te pregunté si habías visto Tu vida en 65 minutos.

Me dijiste que no. Y ese no es lo que deriva en este lista de películas sin las cuales uno no puede seguir existiendo y ser el mismo.

Amélie.
Tu vida en 65 minutos.
Azul, blanco, rojo.
Azul oscuro casi negro.
Big Fish.
Paris je t'aime.
La historia interminable.
Crash.
Good Bye Lenin.
La naranja mecánica.
Eduardo Manostijeras.
El Mago de Oz.
Los amantes del círculo polar.
Requiem por un sueño.
Million Dollar Baby.
Báilame el agua.
Antes del amanecer.

Si quieres, puedes ver La casa del lago.

17:28
BSO Cooper, Cerca del sol.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Lentejas

Llevo días levantándome maruja. En realidad, desde que llegué de nuevo a Madrid para seguir zambulléndome en esa mole de cemento y hormigón que es mi facultad de Ciencias de la Información.

Me hice una tabla de limpieza: la cual estoy cumpliendo a rajatabla.
Me hice una tabla de comidas: la cual no sólo estoy cumpliendo a rajatabla, sino que supero con un sobresaliente.

Voy a hacer la compra cada día, por eso que dicen las amas y las abuelitas: ¡compra en el mismo día que vayas a hacer la comida!. Y así lo hago.

La verdad es que quizás esté creciendo...¡o haya descubierto una faceta nueva que es la de ama de casa!.

En cualquier caso me siento mejor, me da tiempo a pensar menos, a extrañar igual pero mejor y sobre todo aprendo para el momento en el que me independice...para lo cual no queda demasiado tiempo -hablo en un par de añitos, que tampoco estoy loca-.

14:50
BSO Los Simpons y las lentejas hirviendo en la cocina.

Un chocolate especial y otro con avellanas

Hay determinados momentos que merecen su costumbre, su ritual, como tomar el té en China.
Con Dani, mi 'pringaillo', el ritual es una mesa, varias horas, y un capuccino.
Pero nunca había ido a un Star sin él. Así, esta tarde, he creado otro ritual: con Pablo, mi 'pelón', el ritual es hablar de cosas que nunca pensé, largo rato, y un chocolate.

Rara, bruja o empática, ahora se que, al menos, no tengo que esperar siglos para hablar de mis rarezas. Es una pena que no hallamos encontrado las katiuskas.

Y no sólo en la decepción de mis katiuskas radica el día, no. Aunque a mí también me guste escuchar te quiero al final.

01:31
BSO Café solo o con ellas

martes, 28 de octubre de 2008

La felicidad de la piedra.

Hoy he asistido a mi primera clase de Textualidad y Complejidad, suena bastante 'complejo' ¿verdad?.
No lo es.
Aunque dos horas seguidas prestando atención sea demasiado para mí.

En uno de esos minutos en los que mi atención se prestaba más a juegos con mis tres rotuladores de titular que a la extraña postura de los pies y voz del profesor, él ha hablado sobre la felicidad de la piedra. Aunque alguna vez he leído a Flaubert nunca había escuchado ese concepto.

Hay palabras, o frases, que son como un imán para mis oídos: cualquier cúmulo de fonemas que contenga la palabra felicidad, lo es.

La felicidad de la piedra es la antagonía de la felicidad humana. Descienden -o ascienden, depende del punto de vista- los grados por los que pasan las emociones del ser humano para llegar a ella.
Desde un escalón 0, donde estaría situada la piedra, hasta un escalón 11, donde estaríamos nosotros. Nosotros, yo, quizás tú, quizás algunos más. No todos, no.

¿Qué siente una piedra? Nada.
¿Por qué es feliz la piedra? Porque no siente nada.

En esta dicotomía el hecho de estar vacío, de ser impermeable a todo hace que la piedra sea feliz.

¿Qué siente un humano? Todo.
¿Por qué es feliz el humano? Infinitas respuestas.

En esta dicotomía el hecho de poder ser feliz por una sóla razón, o miles de ellas, hace que el humano sea feliz.
Hay un problema, y es que es más fácil no sentir nada, no querer nada, no ansiar nada, no desear nada (emocionalmente hablando) y poder ser feliz, que necesitar rellenar ese vacío que la piedra ostenta.

Prefiero mi felicidad, la que a veces araña, la que duele, la que hunde. Pero la mía al fin y al cabo.


00:21
BSO 'Paris je t'aime'

lunes, 27 de octubre de 2008

El eterno retorno

Las travesuras de la niña mala, de Vargas Llosa, es el eterno retorno a los momentos de recuerdos.
Lo odié cuando empecé a leerlo, pero no puedo dejar un libro a medias. Jamás. Sería como dejarse la mitad de un trocito de pastel de hojaldre (es mi preferido). Aunque no tengas hambre.
Sin embargo, con los días, leo más y más despacio para no acabarlo. Hoy tan sólo quedan ya 54 páginas.
Otilita es el eterno recuerdo de aquellos que nos hicieron daño, acaso no de nosotros mismos. Y el pichiruchi somos casi siempre nosotros en el eterno bucle de cicatrizar heridas que no llegan a cerrar nunca.
Nunca había aprehendido la frase 'me ha vuelto la vida al cuerpo' hasta la página 313.
¿No has tenido la sensación de que el mundo se detuviera durante un instante, que dura horas quizás, días? ¿Y no has tenido la sensación de que puedes volver a respirar con normalidad cuando acaba ese instante?.
En estos últimos días yo lo he sentido a menudo, casi de forma constante.
Y quizás por eso, los libros, a veces, son más para unos que para otros. Quizás haya que haber sentido todas las emociones del mundo para poder ser parte de unas cuantas hojas, que a lo sumo, en mis manos, no duran más de tres días.

01:14
BSO El zumbido del ordenador, el click de las teclas y el ruido de la calle.

jueves, 23 de octubre de 2008

Guerras sin sentido

Todas, cualquiera.
La que se produce por ir a un sito o a otro, por una lata de ensalada de cuscus, por un vestido sin estrenar, por una hora fija.
Todos los días entablamos guerras sin sentido, yo acabo de finalizar una que pugna por combatir de nuevo -sin mi permiso, claro-, una conmigo misma y con mi extraño sentido de repetir momentos.
No es nada. Mañana llega en 4 minutos y 53 segundos exactamente.
Y mañana será otro día.

23:55
BSO: Tu vida en 65 minutos