Hay determinados momentos que merecen su costumbre, su ritual, como tomar el té en China.
Con Dani, mi 'pringaillo', el ritual es una mesa, varias horas, y un capuccino.
Pero nunca había ido a un Star sin él. Así, esta tarde, he creado otro ritual: con Pablo, mi 'pelón', el ritual es hablar de cosas que nunca pensé, largo rato, y un chocolate.
Rara, bruja o empática, ahora se que, al menos, no tengo que esperar siglos para hablar de mis rarezas. Es una pena que no hallamos encontrado las katiuskas.
Y no sólo en la decepción de mis katiuskas radica el día, no. Aunque a mí también me guste escuchar te quiero al final.
01:31
BSO Café solo o con ellas
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
te lei de principio a fin, espero que sigas escribiendo más cosillas..te seguiré¡¡ siento mucho cariño y delicadeza a través de tus palabras. saludoss
Publicar un comentario